Un escenario mediterráneo bajo presión
Desde junio, todo el arco mediterráneo se ha visto afectado por una temporada de incendios sin precedentes. Las condiciones meteorológicas extremas —altas temperaturas, sequías prolongadas, humedades relativas de un solo dígito y vientos persistentes— han dado lugar a incendios muy veloces, con frentes de hasta 10 km, capaces de avanzar más de 20 km/h.
El impacto no se limita al ámbito forestal: evacuaciones en playas turísticas, pérdida de viviendas y vidas humanas ponen de manifiesto cómo el fuego afecta de lleno a la sociedad. En Turquía, 10 bomberos fallecieron en la costa del Egeo, y en España y Portugal miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares en apenas unas horas.
Superficie quemada y grandes incendios
El incendio de Zamora (España), con 37.906 hectáreas arrasadas, ya se sitúa entre los más grandes de Europa en la última década. Otros focos en España han sumado más de 20.000 hectáreas adicionales en solo unos días, mientras que Portugal ha perdido 17.078 hectáreas en menos de 48 horas.
Este tipo de incendios confirman una tendencia creciente desde 2017: los grandes fuegos superan con frecuencia la capacidad de respuesta nacional y afectan de forma simultánea a varios países del arco mediterráneo.
Incendios en la interfaz urbano-forestal
Un fenómeno cada vez más relevante es la propagación en zonas de interfase, donde la vegetación se entremezcla con viviendas y actividades humanas. El abandono de usos tradicionales del suelo ha incrementado la vulnerabilidad, obligando a los servicios de emergencia a responder de forma doble: combatir el fuego y proteger directamente a la población civil.
La respuesta actual: cooperación internacional y más medios
La magnitud de los incendios de este verano ha impulsado un refuerzo de medios en toda Europa. Brigadas internacionales, aviones y helicópteros de gran capacidad se han movilizado en apoyo a España y Portugal.
Esta ayuda ha sido fundamental, pero también evidencia una realidad: no basta con aumentar recursos de forma indefinida. La simultaneidad de grandes incendios en distintos países limita la disponibilidad y muestra que, además de los medios actuales, se necesitan nuevas fórmulas para anticiparse al comportamiento del fuego.
La visión Vallfirest: aprender, formar, innovar
- Aprender de los incendios
Analizar los perímetros y movimientos del fuego es clave para comprender su dinámica y anticipar escenarios futuros. Casos como el de Zamora deben convertirse en lecciones operativas compartidas.
- Formación global – The Emergency Program (TEP)
La cooperación internacional es más eficaz si los equipos de distintos países trabajan bajo una metodología común. En este sentido, The Emergency Program (TEP) surge como una plataforma de referencia cuyo objetivo es ofrecer conocimiento global a profesionales y organizaciones, alimentado por las experiencias y lecciones aprendidas de expertos de diferentes regiones, con el fin de fortalecer la respuesta individual y colectiva ante escenarios complejos.El enfoque está en comprender las situaciones actuales para articular estrategias de resolución cada vez más eficientes y seguras frente a incendios que presentan dinámicas más difíciles de manejar. Un segundo objetivo de TEP es poner este conocimiento al alcance de todos los profesionales de la extinción de incendios forestales, adaptándolo a distintos niveles de experiencia mediante un lenguaje simple y global. De esta forma, la respuesta colectiva se refuerza a partir de la suma de cada respuesta individual.
- Soluciones que marcan la diferencia
El futuro pasa por herramientas que permitan multiplicar la capacidad operativa, anticiparse al fuego y reducir la dependencia de medios pesados.
Ejemplos como los drones tácticos de apoyo al desbroce y perimetraje (Dronster), los depósitos helitransportables para asegurar agua en zonas remotas (Heliskid) o las unidades para camiones totalmente equipadas para grandes operativos (Tactical Unit) muestran cómo la innovación puede transformar la respuesta frente a los incendios.
- Seguridad para los bomberos – Línea Vallfirest
En paralelo, la protección de quienes combaten el fuego es una prioridad. La línea de EPIs de Vallfirest ha sido diseñada para condiciones extremas de calor y largas jornadas: chaquetas y pantalones para bomberos forestales, la Xtreme Mask como protección respiratoria de emergencia, las Xtreme Boots para operaciones prolongadas, el Xtreme Shelter como refugio ignífugo en situaciones de atrapamiento y la Xtreme K, un respirador de oxígeno químico de un solo uso para emergencias o atrapamientos.
Conclusión
El verano de 2025 marca un punto de inflexión: incendios más rápidos, simultáneos y con un impacto directo en la sociedad.
La respuesta debe evolucionar. A la cooperación y los medios actuales es necesario sumar:
- Gestión del territorio: nuevos retos geográficos y demográficos.
- Más formación en incendios forestales: los incendios evolucionan y la formación no puede quedarse atrás. Plataformas como The Emergency Program son parte de la solución.
- Innovación tecnológica: herramientas que multipliquen recursos y mejoren la seguridad de los operativos.
- Mayor seguridad: EPIs que protejan mejor a los bomberos frente a condiciones extremas.
La evolución de los incendios es exponencial. Y ante este reto, solo una revolución en la manera de afrontarlos puede ser la solución.